¿Qué? ¡No!. Se imagina usted leer un texto donde se obvien las comas, las tildes, se cambien las “s” por “c” o la palabra “de” por “d” solamente?
Pues parece que a muchos de los adolescentes y niños de la llamada generación digital, también llamados nativos digitales, no les interesa hacer caso a estas reglas de ortografía.
En un conocido programa de cable, programa de conversación que trata temas de interés, de actualidad, invitaron a unas 04 niñas/adolescentes cuyas edades fluctuaban entre los 11 y 13 años. El tema de conversación era “Internet”. Cuando el entrevistador les preguntaba acerca del curso que más les gustaba dijeron que Teatro, Danza e –irónicamente- Comunicación; sí, el curso donde se enseña las reglas de ortografía.
Manifestaron que consideraban innecesario aprender las Reglas Ortográficas, tales como diferenciar cuando una palabra es con “s” o con “c” o tal vez con “z”. Incluso una de las niñas expresó: “Tengo ortografía horribles”, así el sustantivo en singular y el adjetivo en plural… ¡no había concordancia!, un tema elemental que se enseña desde los primeros grados: concordancia entre género y número. Pero estas niñas lo ignoraban y quizás lo desconozcan siempre.
Sobre los signos de puntuación, las jovencitas entrevistadas subestimaron su existencia: ¡Para qué! Los chicos de la generación digital asumen que el receptor de sus mensajes sabe lo que desean comunicar: la entonación de las frases, si es pregunta, afirmación o sorpresa; todas esas percepciones se dan por sobrentendidas por parte del emisor hacia el receptor. Esto ocurre con suma frecuencia en las conversaciones por Messenger (el Chat más utilizado por los jovencitos). Quizás no se dan cuenta que al expresar nuestras ideas de manera verbal, obviando los signos de puntuación, nuestros diálogos carecen de sentido, de la emoción que intentamos trasmitir.
Me pregunto, a lo mejor estas niñas/adolescentes no han leído algún libro o si lo hicieron no lo disfrutaron, ya que ignoran el uso de los signos de puntuación. Asimismo, una tilde puede cambiar completamente el sentido de una palabra. No es lo mismo decir “regreso” que “regresó”; la primera es una afirmación en tiempo presente, mientras que la segunda está en tiempo pasado. ¿Se imaginan un texto sin puntuación, sin tildes, con grafías indefinibles e imprecisas? ¿Se imaginan?...Espero que no, espero que sepamos transmitir las normas que regulan la escritura, porque esta generación crecerá un día y tendrá hijos (o los tendra, sin tilde) y sus herederos escribirán como les venga en gana. ¡Para que existe entonces la ortografía, la gramática, la semántica!
Queda mucha tarea por hacer con esta generación digital que, incluso, se rehúsa muchas veces a escribir a mano, con lápiz o lapicero. La tarea de los maestros es ardua y muy intensa porque no se trataría solamente de enseñar a los alumnos a escribir correctamente una lengua, sino en cómo convencerlos que sin la aplicación de normas elementales, la escritura sería un caos, sea que escriban textos virtuales o físicos.
Quizás radique ahí el nudo de la comprensión de lectura, si leen como escriben, no les dan sentido ni orientación a sus textos. Por más estrategias o técnicas que se les pueda enseñar, o los miles de esfuerzos que se hagan a nivel institucional, si la actitud de los alumnos es ignorar estas reglas, continuarán leyendo sin sentido alguno. El esfuerzo pedagógico debe apuntar entonces hacia el cambio de actitudes.
Pues parece que a muchos de los adolescentes y niños de la llamada generación digital, también llamados nativos digitales, no les interesa hacer caso a estas reglas de ortografía.
En un conocido programa de cable, programa de conversación que trata temas de interés, de actualidad, invitaron a unas 04 niñas/adolescentes cuyas edades fluctuaban entre los 11 y 13 años. El tema de conversación era “Internet”. Cuando el entrevistador les preguntaba acerca del curso que más les gustaba dijeron que Teatro, Danza e –irónicamente- Comunicación; sí, el curso donde se enseña las reglas de ortografía.
Manifestaron que consideraban innecesario aprender las Reglas Ortográficas, tales como diferenciar cuando una palabra es con “s” o con “c” o tal vez con “z”. Incluso una de las niñas expresó: “Tengo ortografía horribles”, así el sustantivo en singular y el adjetivo en plural… ¡no había concordancia!, un tema elemental que se enseña desde los primeros grados: concordancia entre género y número. Pero estas niñas lo ignoraban y quizás lo desconozcan siempre.
Sobre los signos de puntuación, las jovencitas entrevistadas subestimaron su existencia: ¡Para qué! Los chicos de la generación digital asumen que el receptor de sus mensajes sabe lo que desean comunicar: la entonación de las frases, si es pregunta, afirmación o sorpresa; todas esas percepciones se dan por sobrentendidas por parte del emisor hacia el receptor. Esto ocurre con suma frecuencia en las conversaciones por Messenger (el Chat más utilizado por los jovencitos). Quizás no se dan cuenta que al expresar nuestras ideas de manera verbal, obviando los signos de puntuación, nuestros diálogos carecen de sentido, de la emoción que intentamos trasmitir.
Me pregunto, a lo mejor estas niñas/adolescentes no han leído algún libro o si lo hicieron no lo disfrutaron, ya que ignoran el uso de los signos de puntuación. Asimismo, una tilde puede cambiar completamente el sentido de una palabra. No es lo mismo decir “regreso” que “regresó”; la primera es una afirmación en tiempo presente, mientras que la segunda está en tiempo pasado. ¿Se imaginan un texto sin puntuación, sin tildes, con grafías indefinibles e imprecisas? ¿Se imaginan?...Espero que no, espero que sepamos transmitir las normas que regulan la escritura, porque esta generación crecerá un día y tendrá hijos (o los tendra, sin tilde) y sus herederos escribirán como les venga en gana. ¡Para que existe entonces la ortografía, la gramática, la semántica!
Queda mucha tarea por hacer con esta generación digital que, incluso, se rehúsa muchas veces a escribir a mano, con lápiz o lapicero. La tarea de los maestros es ardua y muy intensa porque no se trataría solamente de enseñar a los alumnos a escribir correctamente una lengua, sino en cómo convencerlos que sin la aplicación de normas elementales, la escritura sería un caos, sea que escriban textos virtuales o físicos.
Quizás radique ahí el nudo de la comprensión de lectura, si leen como escriben, no les dan sentido ni orientación a sus textos. Por más estrategias o técnicas que se les pueda enseñar, o los miles de esfuerzos que se hagan a nivel institucional, si la actitud de los alumnos es ignorar estas reglas, continuarán leyendo sin sentido alguno. El esfuerzo pedagógico debe apuntar entonces hacia el cambio de actitudes.
Por: Rosa Facio Astocondor
* Está permitida su reproducción, siempre que se cite la fuente.
1 comentario:
Estimada Rosa:
Concuerdo contigo, es muy importante que nuestros alumnos aprendan a expresar sus ideas correctamente. Como educadores debemos transmitirles la importancia que una correcta redacción y ortografía tendrá en sus vidas personales y profesionales, después de todo, somos evaluados no sólo por nuestra apariencia sino también por cómo nos expresamos, cómo escribimos, etc. Independientemente del curso que dictemos, debemos siempre corrregir los errores ortográficos o de redacción que detectemos en los exámenes y trabajos de nuestros alumnos, sólo una actitud correctiva de nuestra parte podrá generar una actitud más respetuosa de las normas ortográficas en nuestros jóvenes.
Nuestro idioma es muy rico y variado, no debemos permitir que sea desfigurado y desvirtuado en aras de una mayor rapidez de "comunicación". Saludos, Alex.
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